“Estaban desayunando dos ancianos que cumplían 50 años de casados. Cada mañana, el esposo cortaba la punta del pan y se lo ponía en el plato de su amada esposa. Luego cortaba una rebanada de pan para él. Esa mañana lo hizo igual, pero para su sorpresa ese día todo fue diferente. Al mirar a su esposa